Amiga,
He estado siguiendo toda la información relacionada con nuestra última conversación. Te confieso, que a pesar de no ser mi naturaleza, esta vez me sorprendí con tanta cosa rara, e inexplicable en la realidad político-social chilena. Lo económico, es harina de otro costal.
Sobre el PRO puedo decir que es impresionante el nivel de penetración y organización que han logrado. Reuniones, discusiones, cabildos, seminarios, en fin, una maquinaria demasiado funcional como para concluir dos cosas: o MEO es/será un tremendo líder, o alguien desde el anonimato (con gran experiencia de la guerra fría) está guiando sus pasos.
Cada intervención de MEO me recuerda el ímpetu de Fidel. Aquella conducta casi de odio al sistema instalado, el carisma y el liderazgo. Cada acción me recuerda que Fidel, como tantos otros, llegaron con ideas patrióticas, pero en el camino, apoyados en la ingenuidad e ignorancia de los sectores más vulnerables de la población, transformaron una acción loable, en una dictadura mezquina (ya llega a 57 años); culpando durante cinco décadas a Batista y a los “imperialistas” pero subsidiados por el comunismo soviético.
https://www.youtube.com/watch?v=QzUdTDcPbik&w=120
Uno de los videos de Marco me llamó la atención. En los primeros 2:30 minutos, después de citar a Hồ Chí Minh, dice: "... creo que lo único que vale la pena en la vida, es no solo luchar por su ideales, sino morir por sus ideales ..."
. A todos aquellos que hemos participados en revoluciones sociales, esa ultima parte de la frase ... sino morir por sus ideales
me recuerda al Che. E independientemente de que el Che no murió precisamente luchando “por sus ideales”, sino traicionado “con sus ideales”, siento que ya no es momento de morir por eso. Hoy día eso puede confundir. Es la estrategia del extremismo islámico para movilizar y captar adherentes que realmente mueren por ideales. Siento que más que morir por ideales se debe vivir con principios, con convicciones y lealtades. Compromisos como chilenos para superar la crisis y lograr objetivos. Sin tanto discursos ideológicos que nos vuelvan fanáticos, ni tanto patriotismo que nos vuelva nacionalistas.
La Nueva Mayoría está cansada, desorientada y esparcida, por una lucha mezclada de poder, testarudez, avaricia e ideales – y dale con la palabrita-. Es más fuerte el movimiento progresista porque son los únicos que están entregando una propuesta concreta y programas de futuro; aun cuando ese futuro pueda ser solo la piel de la oveja.
El fantasma del PRO no será más un fantasma para el 2017. Será “una nube negra, avanzando, desde y hacia “su propia tierra prometida””. Tu sabes que mi base es completamente social pero me aterra cuando se disfraza, el objetivo, con el mensaje. Ya lo viví.
Me hablaste de Evópoli y de Amplitud. Evópoli es un grupo demasiado idealista y soñador; casi como utópicos. No por el objetivo sino por la forma demasiado encantadora de plantearlo: Una revolución cultural para conquistar el mundo. Sin embargo, Kast tiene el mérito de haber sido el primer disidente de Chile Vamos, contra la omisión de la discusión constitucional. Fuera de eso su mensaje partidista, estrategias comunicacionales y empuje de masas, dejan mucho que desear. No veo un proyecto claro; solo principios, un manifiesto y una figura sólida que sorprenderá. En Amplitud tampoco encontré un proyecto o una idea clara que entusiasme.
El común denominador de ambos es que no tienen posibilidad de competir contra el PRO, aun cuando sean aliados. Si vas a hacer algo diferente, debes empezar por hacer algo realmente diferente. Amplitud no es más que la imagen histórica de Lily y su gestión como actual senadora. ¿Dónde está el trabajo de acercamiento, de capacitación? ¿Solo a través de un sitio web? ¿Dónde está la participación, la presencia popular? ¿O es que acaso estos no son grupos populares, y sí una opción de un puñado de disidentes pelolais? Yo habría fusionado ambos grupos a ver si se puede armar uno. De cualquier modo, creo que ella puede lograrlo.
Por el lado de RN -la única cara semi-objetiva de la derecha-, le harían un gran favor al país, y a ellos mismos, si se desmarcaran definitivamente de la UDI; y ojalá que, de una vez por todas, hicieran un planteamiento serio de soluciones. Oponerse por simple oposición es mediocre y no aporta. Lo han hecho por años. RN necesita propuestas y liderazgo. Lamentablemente, Piñera no es el líder sino el patrón de fundo de RN; hoy día, en vistas a la presidencial del 2017, un mal necesario.
Sebastian, es lo suficientemente inteligente como para saber, que siendo la mejor opción presidenciable de todo el país, tendrá que dar un giro de 180 grados a su terquedad con las cambios que el país necesita. Cambios a las que deberá dar continuidad pero con moderación, compromiso, lealtad, y mirando al futuro; de lo contrario, aunque logre alguna recuperación económica en los dos primeros años, se tornará ingobernable su período. Esto último implica, “mandar a la punta del cerro a la UDI” si a merita, y negociar con quien esté realmente dispuesto a lograr objetivos país.
Allamand, perdió el rumbo y la iniciativa. Aun puede ser una pieza clave en el futuro del partido, pero no creo que pueda dar vuelta, a un CV lleno de fracasos políticos, por su sumisión a alianzas históricas infructuosas (Democracia y Progreso, Participación y Progreso, Union por el Progreso de Chile, Unión por Chile, la Alianza por Chile, y la guinda de la torta, Chile Vamos), y por no haber golpeado la mesa cuando se requería.
Ossandon es la carta. Una mezcla de caballero cuico-popular que fascina, pero estorba al ala ultra y conservadora de su conglomerado. No tiene futuro presidencial en el partido porque no lidera; solo gestiona, y no tiene filtro. Es creíble y tiene convicciones, pero aún está enfrascado en pelear una guerra de palabras, y no ha levantado la cabeza para guiar, actuar. Será más exitoso como independiente pero me preocupa su objeción a cualquier manifestación sobre el aborto y el matrimonio homosexual porque refleja su lado “udi-conservador”, casi mesiánico que le pasa la cuenta. Una veta católica conservadora que realmente no defiende la vida, sino que la coacciona. Eso sin entrar a discutir que la homosexualidad ha estado presente por siglos, no solo en la actual iglesia católica, sino también en sus bases romanas; O peor, oculta hipócritamente en la sociedad, como es el caso de la británica. En cuanto al aborto hay mucho por donde cortar, pero es injusto privar a la mujer de los derechos sobre su cuerpo, cuando ni siquiera sabemos cómo garantizar el bienestar de los que ya nacieron.
De la UDI, Evelyn. Una Mujer con fuerza y convicciones pero lamentablemente, con principios tan “udi-nianos” que no la van a llevar a la moneda el 2017. Para ser sinceros, su opción se la “farreó” su conglomerado en las pasadas elecciones. Por otro lado, después de dos gobiernos de Bachelet – y esto es muy machista-, no creo que una mujer vuelva a la moneda en unos cuantos años.
Ahora todos hablan de centro derecha y centro izquierda. La realidad es que éste, es un mapa donde solo hay una “delgada linea roja” entre ambos extremos. RD y el PRO son como niños malcriados, renegando de sus padres; haciendo en ocasiones pataletas y revelados contra ellos, la ex Concertación, pero al final, no les queda otra opción que compartir la misma mesa, y a veces hasta el mismo plato, pololeando todos a regañadientes. Los padres retando a los hijos por las cosas que han dicho o han hecho, y los hijos bajando la cabeza; aceptando el regaño, para cenar en paz. Lo mismo para Evópolis y Amplitud con la ex Alianza por Chile. Si alguien piensa que Girardi, Navarro, Lagos W, Allamand, MEO, Giorgio, Andrade, Piñera, son de centro, estamos todos locos. No habrá centro mientras haya dinosaurios en la política chilena. Mientras se intente que este pueblo camine mirando al pasado. No se puede caminar mirando para atrás; es por naturaleza imposible. Y eso no significa negar el pasado, ni olvidar; eso sería cometer un gran error, porque es de esa experiencia de la que debemos nutrirnos para seguir adelante; para no cometer los mismos errores pero para replicar los aciertos. Con esa experiencia de ambos bandos sobre la mesa, dejar de politizar el futuro del país para por el contrario, socializarlo; Actuar de una buena vez, como los líderes que tienen la responsabilidad de llevarnos hacia adelante.
Soy de los que apoyan una revisión de la constitución. No porque la haya creado el gobierno de Pinochet o la haya escrito Lenin, sino porque las necesidades son muy diferentes; El mundo cambió; Nuestra realidad nacional cambió; Nuestros jóvenes tienen prioridades y expectativas diferentes y, los que están por nacer, no necesitan esta pelea de perros entre diestros y zurdos. Debemos actualizar nuestros derechos, así como nuestros deberes. Trabajar entonces para eliminar la oligarquía social, política y económica que tiene a Chile estancado entre el siglo XVIII y el XXI. Por un lado, somos un país exitoso, y por otro lado un país desigual. No vamos a ser jamás idénticos. Una hoja no es igual a la otra por naturaleza, pero podemos ser justos y solidarios. Garantizar los derechos a la educación, al trabajo, a la salud, y obtener como país lo que cada ciudadano con su trabajo pueda aportar. Un compromiso implícito País-Ciudadano que nos haga crecer juntos como socios en la misma aventura. Un Estado interviniendo, no en la riqueza sino en la pobreza. Un Estado incentivando el emprendimiento y premiando las soluciones privadas que generan empleo e igualdad. Un Estado que incentiva y premia la responsabilidad social del sector privado, así como la responsabilidad cívica de la sociedad; sin trucos ni magia negra.
Omitirse de la discusión constitucional es cometer el mismo error que omitirse de las votaciones. Todos somos actores en este proceso. Todos debemos empujar el carro si queremos llegar. La omisión es equivalente a negligencia, a inconsecuencia. Y aunque parezca exagerado, en este proceso, equivale a traición; traición de compromiso, de principios, de patriotismo, de responsabilidad social.
Por mi parte, Chile es mi patria adoptiva. Un país donde encontré una familia hermosa, amigos y, sobretodo la oportunidad de ser; de existir humanamente, sin restricciones ni prohibiciones. Sin ideologías esclavizadoras, ni filosofías dogmáticas. Simplemente libre, aunque responsable y comprometido.
Muchos me han cuestionado por qué opino de política en Chile si soy extranjero. La verdad es que soy tan extranjero como todos aquellos que fundaron Chile, como todos aquellos que han relegado y despojado los derechos de los pueblos originarios chilenos, o como aquellos que se fueron y luego regresaron “llenos de pesetas” por el simple hecho de simpatizar con la “contra” de turno; o aquellos que están fuera pero votan; o peor, los que están dentro y se coluden, malversan, corrompen, evaden impuestos, o se omiten de los grandes eventos del país.
En cambio, soy un extranjero que dice, que actúa, que une; que quiere legar un Chile mejor a sus hijo –que son chileno-, y a los hijos de los otros. Soy de los extranjeros que construyen; no de los que conquistan y explotan, ni de los que tienen bancos mezquinos, empresas eléctricas saqueadoras, concesionarias mercenarias, y telefónicas usureras. Soy un extranjero-chileno dando batalla por un país que ama.
Estoy tratando de transmitir a otros extranjeros residentes, la importancia de ser un aporte a este país que los acoge. No quiero que la garra inescrupulosa de ninguno de estos bandos políticos, caiga sobre ellos como un garrote de promesas y mentiras confusas; carne fresca para sus propósitos engañozos. Será un trabajo largo y agotador, en ocasiones infructuoso; pero si logro rescatar a aquellos, que a pesar de su migración económica comprendan la importancia de asumir el deber ante los derechos que reciben, no descansaré en ponernos todos al servicio de Chile.
Lamento si es que no puedo hacer más por el que considero “nuestro” país. Los errores de la juventud son una cruz que, en la exposición pública, te aplasta. Chile no está preparado para ver la calma en medio de la tormenta; Y el país necesita guías y no dioses. Gente común para trabajar con personas comunes; Pecadores, pero no estafadores. Mientras, seguiremos haciendo culto a los líderes del pasado y del presente, navegando en un barco con velas, pero sin rumbo, ni timonel.
Un Abrazo,
Tu amigo